Blog informativo del sector agua potable y saneamiento de Venezuela

lunes, 22 de julio de 2013

No a la Globalización de la Indiferencia

La cultura del bienestar nos lleva a pensar en nosotros mismos, nos hace insensibles al grito de los otros, nos hace vivir en una pompa de jabón, que son bonitas, pero no son nada más, son la ilusión de lo fútil, de lo provisional, que lleva a la indiferencia hacia los otros, lleva a la globalización de la indiferencia". Estos conceptos esenciales que suscribo no fueron pronunciados por ningún líder o pensador de la izquierda mundial, sino por el papa Francisco, hace pocas horas en la isla italiana de Lampedusa, a 113 kilómetros de Roma.


Muchas veces hablamos de la indiferencia, que como expresaba Antonio Gramsci en 1917 “es el peso muerto de la historia. Es la bola de plomo para el innovador, es la materia inerte en la que a menudo se ahogan los entusiasmos más brillantes, es el pantano que rodea a la vieja ciudad. La indiferencia opera potentemente en la historia. Opera pasivamente, pero opera. Es la fatalidad, aquello con que no se puede contar. Tuerce programas y arruina los planes mejor concebidos. Es la materia bruta desbaratadora de la inteligencia”.

Con casi un siglo de diferencia ambos pensadores tienen la misma preocupación: la indiferencia. La mecanización burocrática de la dirigencia, aún lúcida al llegar, que luego cae en la flojera.

Hace unos días en Venezuela se hizo una experiencia interesante. A 150 líderes y aspirantes a serlo se les envió dos fotografías de niños dibujando naturalmente en una plaza guiados por un maestro creativo. Se les pedía que respondieran diciendo qué les decían tan interesantes rostros y miradas. Sólo 6 contestaron. La indiferencia cunde y es necesario generar herramientas que despierten conciencias y llamen a la militancia social plena, como lo pide el Santo Padre.

Nuestro Comandante inmortal fue ejemplo de la no-indiferencia. Sufría y ayudaba a quienes lo necesitaban dentro y fuera del país. Obviamente no fue comprendido por aquellos que nadan gozosos en las aguas turbias del capitalismo salvaje, acostumbrados al sufrimiento de los otros, que no los afecta, no les interesa, no lo consideran propio.

Los revolucionarios bolivarianos somos distintos. Combatimos la indiferencia con amor y solidaridad. 

Honramos la vida comprometiéndonos con el otro. Con el que espera alguna cosa de nosotros. 

Confío en ustedes. Sé que juntos venceremos a la indiferencia.

Un abrazo

Dante Rivas
ne.danterivas@gmail.com

12/07/2013

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