El manejo de las aguas servidas está ganando importancia en el Caribe, y
se empiezan a notar los efectos que tienen en el delicado ambiente de
esta región. -
El cambio climático
ha alterado los patrones meteorológicos, con más precipitaciones e
inundaciones repentinas, lo que a su vez multiplica las aguas servidas
que ingresan al mar, dijo a IPS el coordinador del Fondo Rotativo de
Guyana para la Gestión de las Aguas Residuales, Marlon Daniels.
“Uno de los efectos de mejorar el acceso al agua, como requiere el séptimo Objetivo de Desarrollo de las Naciones Unidas para el Milenio,
es que más población use retretes con cisterna en vez de letrinas de
pozo, así los residuos ya reciben un tratamiento en el lugar con un
tanque séptico”, dijo Daniels.
En zonas sin saneamiento, “cuando aparece una tormenta enorme o
lluvias fuertes, el resultado es una sopa tóxica. Hay líquidos de los
tanques sépticos, que no están tan sucios como los que no reciben
tratamiento, pero de todos modos son ricos en nutrientes y agentes
patógenos. Todas esas aguas residuales son liberadas al ambiente cuando
hay inundaciones, y hay poblaciones que quedan expuestas a ellas”,
añadió.
Si bien el Caribe se beneficia de la industria turística –el año
pasado los visitantes gastaron 26.000 millones de dólares—, las
economías que dependen de esa actividad son las que más padecen el
contacto con aguas servidas, que destruyen arrecifes y contaminan
playas, apunta Donna-May Sakura-Lemessy, subdirectora del Instituto de
Asuntos Marinos, con sede en Trinidad y Tobago.
En zonas sin saneamiento, “cuando
aparece una tormenta enorme o lluvias fuertes, el resultado es una sopa
tóxica". – Marlon Daniels
“El mal manejo
de estos residuos líquidos degrada las fuentes de agua potable y de los
recursos ambientales. Así que las aguas destinadas a nadar se
contaminarán, lo que puede causar enfermedades gastrointestinales e
infecciones de oídos”, explicó Sakura-Lemessy a IPS.
“Cuando la gente viaja, paga para ir a un lugar donde pueda
disfrutar. No quiere ir a un país y enterarse de que no está permitido
bañarse o nadar, ni correr riesgo de enfermarse si se bañan en esas
aguas”, continuó.
“Si los recursos se degradan, las posibilidades de un sector
turístico saludable se minimizan, y uno sale perdiendo cualquier
ganancia que el turismo podría dejar”, agregó.
En algunos países caribeños, el turismo emplea a ocho de cada 10 personas, enfatizó.
Daniels señaló que las industrias pesqueras también se ven afectadas
cuando la contaminación liquida áreas de reproducción de peces y de
suministro de alimentos, y que la interacción de aguas servidas con
ecosistemas bajo presión vuelve más difícil la adaptación al cambio
climático.
Las lluvias dejaron el 26 de noviembre muchas áreas inundadas en la
capital de Guyana, por lo que el jefe médico del Ministerio de Salud de
ese país, Shamdeo Persaud, aconsejó a los residentes que prestaran
especial atención a la seguridad del agua y a la higiene personal.
Entrada de la única planta de tratamiento de aguas residuales en la capital de Guyana. Crédito: Desmond Brown/IPS.
“Como la mayoría de las áreas urbanas no tienen una red de
saneamiento y por lo tanto dependen de otros medios de eliminación, el
impacto del aumento del nivel del mar puede ser particularmente severo”,
explicó.
“Los efectos potenciales son más cantidad de aguas subterráneas, lo
que limitará la capacidad de drenar los efluentes, además de restringir
la actividad biológica para biodegradar y asimilar el material orgánico.
Esto, a su vez, conducirá a contaminar más las playas y el mar,
contribuirá a la eutrofización (enriquecimiento con nutrientes) de las
aguas de baño y a que haya zonas marinas muertas”, agregó Cashman.
En 2011, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por
sus siglas en inglés) empezó a financiar un proyecto cuatrienal –el
Fondo Regional del Caribe para la Gestión de las Aguas
Residuales—, que busca brindar financiamiento sostenible a ese sector,
apoyar la reforma política y legislativa, y fomentar el diálogo regional
y el intercambio de conocimiento entre los actores del Caribe.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Programa de las
Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) son las agencias que
implementan el proyecto.
El Grupo de Coordinación del Proyecto, con sede en Jamaica,
administra el Fondo Regional, apoyado por los Organismos Piloto de
Ejecución en ese país, Belice, Guyana y Trinidad y Tobago.
Denise Forrest, coordinadora del proyecto del Fondo Regional por el
GEF, dijo que alrededor de 80 por ciento de las aguas residuales
domésticas que ingresan al mar Caribe se tratan solo parcialmente o
están sin tratar.
“Tenemos que reconocer que el manejo y tratamiento de las aguas
servidas no son algo que podamos ignorar. Se trata de un importante
requisito para el desarrollo, particularmente en una región que depende
tanto de los recursos naturales”, dijo a IPS.
“Si no logramos gestionar con eficacia las aguas servidas, tal vez
estemos condenando a nuestra región a un futuro que no será próspero en
lo económico, ni en la salud de su población, ni en calidad de vida ni
en adaptación al cambio climático”, sostuvo.
Fuente:http://www.ipsnoticias.net/2013/12/tormentas-e-inundaciones-cocinan-una-sopa-toxica-en-el-caribe/
Fuente:http://www.ipsnoticias.net/2013/12/tormentas-e-inundaciones-cocinan-una-sopa-toxica-en-el-caribe/
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